Chile es uno de los países que posee las costas más extensas a nivel latinoamericano, es por ello que podemos intuir que gran parte de la economía se relaciona con trabajos del mar, hay algunos independientes, y otros dependientes, en el presente artículo nos vamos a referir a estos últimos, en donde los trabajadores aparte de ser oprimidos por el viejo Estado, son explotados por empresarios que ni siquiera poseen una relación directa con el mar, solo es un negocio más donde extraen ganancias a través del trabajo ajeno.
El conflicto portuario se inició en Mejillones, Región de Antofagasta, específicamente en el puerto de Angamos, y las razones fueron reivindicaciones completamente democráticas por las cuales es necesario luchar constantemente, esto es necesario aún con más fuerza en el contexto en el cual no encontramos, en un país semifeudal, en donde la democracia burguesa no se ha consolidado, por lo que es necesario luchar por reivindicaciones sentidas para el pueblo, es decir ir avanzando en mejores condiciones laborales, sueldos dignos, más derechos, etc.
Más aún, esto último debe ir siempre en función de un objetivo mayor que es el cambio estructural del sistema económico y esto para nosotros solo se da con la conquista del poder a través de la guerra popular. En el caso de los trabajadores portuarios era una reivindicación completamente democrática, solo querían media hora de colación para poder almorzar tranquilos y no tener que comer mientras se trabaja.
La unión hace la fuerza
Al comenzar esta movilización completamente legítima por los trabajadores portuarios de Angamos, los compañeros de trabajo de todas las costas chilenas en un acto de valentía y solidaridad de clase, se unieron a estas demandas y lucharon como si fuesen uno solo contra el viejo Estado (policía, marina, ministra del trabajo) y contra los empresarios explotadores de Ultraport, del grupo Von Appen. Veintiún días de lucha por una reivindicación tan básica como la hora de almuerzo, Veintiún días en donde los empresarios no cedieron ni un centímetro, aún así esta reivindicación fue negociada hasta alcanzar un “acuerdo” para terminar con el paro. Lo importante de rescatar aquí es que se unió el 85% de los puertos de Chile solo por el hecho de apoyar una reivindicación completamente justa y básica como es otorgar media hora de almuerzo. Es necesario resaltar esto y mostrar como las reivindicaciones eminentemente democráticas pueden unir a un sector, ya que en el momento en que los trabajadores se encuentren unidos, podrán lograr cualquier objetivo político que se propongan, incluso el poder.
El fin del paro portuario
El paro portuario no culminó completamente el 5 de abril, el puerto de San Antonio continuó con sus demandas, que decían relación a la modificación de las pensiones de invalidez, que consiste en que el gobierno no respeto un acuerdo que Estado de Chile suscribió el compromiso de indemnizar y otorgar jubilaciones para los obreros. Con respecto a esto Sergio Vargas dirigente del Puerto de San Antonio declaró “nosotros pedimos una indemnización por el cambio de modelo y además obviaron lo que los viejos habían hecho, las pensiones para nuestros viejos. Nosotros cuando entramos a trabajar por siete horas y media y a las siete horas y media quedamos cesantes, no teníamos vínculo con ninguna empresa. No tenemos vacaciones, no tenemos indemnizaciones, no tenemos vacaciones. Un trabajador a los 40 años a las empresas no les sirve y ahí los viejos salen a sufrir afuera. Queremos que ellos reciban una pensión para que puedan subsistir en el tiempo y pedimos que esta pensión sea vitalicia y una vez que la persona se muera y si queda su viuda viva se la pueda traspasar”.
Más aún, esto último debe ir siempre en función de un objetivo mayor que es el cambio estructural del sistema económico y esto para nosotros solo se da con la conquista del poder a través de la guerra popular. En el caso de los trabajadores portuarios era una reivindicación completamente democrática, solo querían media hora de colación para poder almorzar tranquilos y no tener que comer mientras se trabaja.
La unión hace la fuerza
El fin del paro portuario
“Lo único que estamos exigiendo, es un resguardo para cuando seamos viejos, en vez de llenarnos con bonos solidarios y migajas que para lo único que sirven es para matar de a poco a la gente”
En lo que respecta al resto de los puertos, volvieron a sus labores el día 6 de abril, llegando a un “acuerdo” con la empresa, que no cedió en la media hora de almuerzo, sino que otorgó un bono de 3.600 en reemplazo, y se estableció una mesa para tratar el tema de la hora de almuerzo además se agregaron demandas propias de la movilización como la reincorporación de dos trabajadores del sindicato y el retiro de recursos de protección interpuestos por esta movilización. Asimismo, se supone que la compañía no tomará represalias en contra de los trabajadores y dirigentes del Sindicato N° 2.
La lucha reivindicativa es una buena lucha para mejorar las condiciones inmediatas de los trabajadores, elevar la moral en la lucha, la unión de los trabajadores y un excelente momento para discutir políticamente sobre cuestiones más grandes. La lucha reivindicativa debe ir siempre atada a la concepción de que este viejo Estado es necesario reemplazarlo por uno nuevo mediante una revolución y en favor de la mayoría, de las masas, en favor de nuestro pueblo, luchando por una reivindicación que aporte al cambio total del sistema económico, político, social y cultural.
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