miércoles, 12 de diciembre de 2012

EL PUEBLO.- TOMA EN CAMPUS ANTUMAPU DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE


 La lucha contra la licitación del casino es una manifestación de resistencia ante la política privatizadora impuesta por el imperialismo en nuestro país.  
 En la facultad de Antumapu de la Universidad de Chile, las autoridades pretendieron imponer la licitación del casino, pretendían conculcar derechos a estudiantes, y a los funcionarios que trabajan en este casino, afectando especialmente a los más pobres, despidiendo a trabajadores, alzando el costo y empeorando la calidad de la alimentación. El jueves 22 de noviembre, en rechazo a la licitación se realiza la toma del casino. La autoridad no da respuesta, e intenta apostar al desgaste del movimiento, pero el movimiento en lugar de decaer se fortalece y deciden radicalizar la movilización y ampliar la toma a toda la Facultad, lo que se hace el día jueves 29 de noviembre. Periódico El Pueblo reporteó esta movilización, presentamos a ustedes algunas de las lecciones que ya muestra esta lucha, la que a la fecha de cierre de edición, continúa.
La política económica de los Chicago Boys, con Milton Friedman a la cabeza, impuesta en nuestro país a sangre y fuego por la junta militar fascista, apuntó a la disminución drástica del gasto social. En educación, esto significó un traspaso de la propiedad de establecimientos educacionales desde manos de la burguesía burocrática enquistada en el viejo Estado, a manos de particulares. Fragmentó las universidades. Municipalizó la educación básica y media. Facilitó la creación de universidades privadas, Centro de Formación Técnica e Institutos Profesionales. Se crean los liceos particulares subvencionados. Todas medidas que van limitando la educación como derecho, y la van transformando en un servicio, que se compra y vende.
 
En las universidades denominadas estatales la política de los Chicago significó que la antigua demanda de autonomía universitaria, se aplicara como autosostenimiento. Es decir, que el grueso del ingreso con el que se financia la educación venga de los bolsillos de los padres y madres de los estudiantes, o sea, mayor extracción de plusvalía, mayor endeudamiento y empobrecimiento de la familia chilena. A nivel de democracia interna, se limitó drásticamente la participación y decisión de estudiantes y funcionarios, a quienes se les va recortando paulatinamente antiguos derechos.


Estas políticas no provienen del espíritu creativo e innovador de la junta militar fascista; si no que proviene de imposiciones provenientes de los organismos financieros internacionales, tales como el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI), y más recientemente de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (ODCE). Todas, con el imperialismo yanqui a la cabeza.


Usted puede preguntarse, ¿y qué tiene que ver todo esto con la toma de un casino, de una facultad, de una universidad? Y nosotros respondemos: tiene estrecha relación, y explicaremos por qué.


La política impuesta por la Junta Militar Fascista, fue continuada y profundizada por los gobiernos de la concertación y hoy por el Gobierno de Piñera. Todos ellos, pese a tener banderas de distintos colores, defienden y aplican la política de un antiguo amo: defienden y aplican la política del imperialismo yanqui, la que en educación sigue exigiendo la progresiva disminución del gasto social, a la vez que exige que los planes de estudio apunten al fortalecimiento de la concentración de la propiedad privada, y en los países semicoloniales como es el nuestro, apunta también a que los conocimientos que se entregan a los estudiantes faciliten el saqueo de nuestros medios de producción, cuestión que en la Facultad de Antumapu es todavía más patente, ya que en ella se imparten las carreras de Agronomía, Ingeniería Forestal, e Ingeniería en Recursos Naturales. Pero, volvamos al casino.


Tenemos entonces, que, apuntando a la progresiva disminución del gasto social en educación, se exige a los rectores, decanos y diversas autoridades universitarias de los planteles ‘estatales’ que eliminen todo el gasto posible. Ellos le llaman ‘externalización’, a veces también prefieren insistir en la figura legal que les permite hacer esto, y plantean que ‘licitan’, pero en lo concreto, privatizan. Así lo han hecho con los guardias, con los trabajadores del aseo, con los trabajadores que mantienen los patios de los establecimientos, y también, con los casinos. Así lo han hecho, prácticamente en todos los planteles, empeorando brutalmente las condiciones laborales de los trabajadores, y en el caso de los casinos esto encarece el precio de la alimentación, disminuye la calidad, lo que golpea de manera más fuerte a las familias más pobres. Pero el único plantel en el que no han licitado el casino, es precisamente en Antumapu, y es ante esto que se desata esta justa movilización.


La privatización del casino implicaría:
Despido de los funcionarios que hasta ahora trabajan entregando este servicio
El ingreso de algún concesionario, que, buscando obtener mayor ganancia del servicio de alimentación de los estudiantes, disminuirá la calidad y aumentará el precio (cuestión que ha sucedido así en todas y cada una de las facultades en que se han licitado los casinos)


Implicaría por tanto, mayor precariedad laboral para los trabajadores. A la vez, que para los estudiantes y sus familias, mayor extracción de plusvalía. Implicaría entonces, profundización de la política imperialista en educación. Y es, ante estas cuestiones, que los estudiantes deciden movilizarse. Teniendo como puntos de demanda: estabilidad laboral para los funcionarios del casino, rechazo a los despidos; no a la licitación del casino y creación de una comisión casino triestamental, tripartita y resolutiva.


La movilización consiguió suspender la licitación del casino, mantener a todos los funcionarios en sus puestos de trabajo, la creación de una comisión casino triestamental, además de resguardar que no fuera sancionado ninguno de los compañeros y de reprogramar el calendario de evaluaciones académicas del modo más adecuados para los estudiantes. La movilización por tanto, ganó los puntos en lucha, que éstos se cumplan, dependerá fundamentalmente de la fuerza del movimiento, cuidar esta fuerza y acrecentarla será tarea principal. Las demandas populares se consiguen, se obtienen y se defienden con lucha y organización.


La movilización y sus lecciones.
¿Qué cuestiones han sido fundamentales para que esta movilización obtuviera los puntos de lucha?, ¿qué lecciones podemos sacar de esta lucha?
 
Fortalecer el ánimo de unidad, el deseo de servir al conjunto, es vital en una movilización. Barrer con el oportunismo, con el individualismo, con los afanes personales, con ese montón colosal de basura, es también una tarea fundamental para fortalecer el movimiento estudiantil. Eso no ocurre de manera espontánea, eso ocurre dando debate, planteando posiciones, utilizando la crítica y la autocrítica, apostando a la unidad. A una unidad basada en principios; y para lograr una unidad con principios es necesario dar lucha de ideas. Unidad-lucha-unidad. Así lo han entendido en esta movilización. Unidad que no sólo se da entre los estudiantes, sino también entre estudiantes y funcionarios, los que en esta movilización han tenido un activo e importante papel, participando algunos de ellos, noche y día, como uno más en la lucha.
 
Una movilización siempre tiene dirección, puede ser dirigida por una línea oportunista, o por una línea correcta. El oportunismo puede ser tanto de derecha, como oportunismo de ultra izquierda. Una movilización es dirigida por el oportunismo de derecha cuando se toman las decisiones ‘por arriba’, cuando se entrega la capacidad de decisión a los académicos, cuando se negocia a espaldas y en contra de los movilizados, cuando se impulsa la movilización para sacar beneficios particulares, ya sean cargos, beneficios, o pactos electorales. Hay oportunismo de derecha cuando quienes están a la cabeza de la movilización frenan el impulso y la capacidad de decisión y de combatividad de las masas. Hemos visto de estas dirigencias, y hemos visto como frenan el impulso de lucha presente en los estudiantes.
 
Una movilización también puede ser dirigida por el oportunismo de ultra izquierda, esto ocurre cuando quienes dirigen no consideran el estado de ánimo de las masas, desprecian las tareas de propaganda y de educación política entre las masas, les bastan las acciones heroicas de un puñado de personas para sentirse satisfechos, continúan con las movilizaciones sin considerar las fuerzas del conjunto hasta desgastarlas, se desesperan, se quejan del atraso de las masas, pretenden que basta el sólo deseo de fortalecer una movilización para que esto ocurra, pero no están dispuestos a educar políticamente al conjunto de los estudiantes.
 
Tanto el oportunismo de derecha como el oportunismo de izquierda son manifestaciones de individualismo, de ideología pequeño burguesa, que considera que el individuo aislado es más importante que las masas organizadas.
 
Como vemos, los riesgos de desviaciones en una lucha son permanentes, están siempre presentes, y se manifiestan de diferentes formas. Pero una línea correcta permite, cuidar y fortalecer las fuerzas, sumar activamente a los compañeros, está de manera permanente investigando el estado de ánimo de las masas, su disposición a la lucha, se preocupa de elevar el nivel de conciencia de las masas, buscando comprender las causas de los problemas que aquejan a los estudiantes, evalúa de manera permanente tanto las condiciones objetivas como las condiciones subjetivas, y según eso se adoptan las decisiones. Para ello, en esta movilización han sido vitales las asambleas que cada noche se realizaron en el campus, en donde se discutía, evaluaba, y decidía las medidas a adoptar. Mientras, quienes estaban a la cabeza aplicaban los acuerdos adoptados. Todo ello permite el ejercicio de la democracia al interior del movimiento, a la vez que resguardar que exista dirección de éste. Es decir, buscando una adecuada relación entre democracia y centralismo.
 
El decano apostó por el desgaste de la movilización, sin embargo, mientras pasaban los días, la movilización en lugar de decaer se iba fortaleciendo. Eso lo obligó a ceder, se vio obligado a ceder reuniones, a tomar posición de los puntos que la asamblea planteaba y a otorgar los puntos que la movilización demandaba. Pero el fortalecimiento del movimiento no se dio de manera espontánea, se produjo con arduo trabajo, con permanente discusión y debate, con propaganda, con investigación y educación. Y se produjo de ese modo porque quienes estaban a la cabeza conciente y decididamente se preocuparon de que así fuera.
 
Consideramos que una lucha se debe conducir con razón, ventaja y límite. La razón en esta lucha está dada por la justeza de la demanda; la ventaja, en que tanto la forma de lucha, como los puntos de la movilización son amplia y activamente defendidos por los compañeros de la facultad. El límite se dio cuando los puntos de lucha son ganados. Es tiempo entonces, de replegar las fuerzas, cuidarse del desgaste y prepararse para la próxima lucha. Decidir de manera ordenada y planificada el término de una movilización, de manera de reordenar las fuerzas y prepararse para defender los puntos ganados. El que los puntos se cumplan no depende de la redacción, de lo que digan los abogados, de una coma más o una coma menos, si no que depende de la fuerza con la que cuente el movimiento para exigir el cumplimiento de los puntos y su defensa. De ahí la relevancia de cuidar y fortalecer las fuerzas, ya que esta movilización es una antesala para el año 2013, año en que se deberá defender lo conquistado, y luchar por ganar más demandas.
 
Esta lucha es por tanto, una escuela de preparación para las futuras luchas a desarrollar. Una escuela para quienes participaron directamente en esta movilización, y también una escuela para todos quienes aprendamos de la experiencia de combate que el campus antumapu movilizado nos ha entregado.
 
Sabemos que la lucha continúa. Sabemos también que los puntos que esta toma exige no son las únicas necesidades que existen en esta Facultad. Como Periódico estaremos atentos en sistematizar esta experiencia, aún en desarrollo, buscando extraer las mayores lecciones posibles, para aportar con ello a otros compañeros, a otros activistas y revolucionarios, deseosos de impulsar las justas luchas del pueblo.
 



LUCHAR CONTRA LA PRIVATIZACIÓN DEL CASINO Y LUCHAR POR DEFENDER LA ESTABILIDAD LABORAL DE LOS FUNCIONARIOS DEL CASINO, ES UNA FORMA DE LUCHAR CONTRA LOS PLANES IMPERIALISTAS EN EDUCACIÓN.
QUE VIVA LA LUCHA DE LOS ESTUDIANTES DE ANTUMAPU.



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