18.600
compatriotas se disputan 50 cupos para ingresar al Cuerpo de Bomberos de
Quito.
Lo que no
dice la noticia es que miles de los aspirantes son jóvenes que no
pudieron ingresar
a las universidades, otros tantos de miles de aquellos que se vieron
forzados a
abandonar su carrera universitaria ante el cierre de 14 universidades
que
fueron sometidas a evaluación por el régimen y otros tantos que
peregrinan de
oportunidad en oportunidad aspirando a obtener un trabajo estable.
Pero ese es
un aspecto que nos permite observar la convocatoria del Cuerpo de
Bomberos. 50
cupos contra una demanda de trabajo que en el país crece sobre manera y
que por
sí misma tiene la capacidad de desnudar las mentiras del régimen
fascista de
Alianza País que no deja de generar crisis que sobre todo arrastran a
los
sectores más deprimidos del país.
En la
Universidad Estatal de Guayaquil no pudieron ingresar 25.272 aspirantes.
En la
Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí 5.600, en la Universidad de
Cuenca
11.000. Precisamente ahora 38.000 jóvenes se quedaron sin estudios y un
porcentaje muy bajo de ellos plegarán al plan de contingencia preparado
por la
SENECYT .
El régimen
de Correa interpreta el problema de la educación de manera sesgada de la
debilidad estructural que tiene el Estado por responder al interés de
las
mayorías.
La educación
es sistémica y opera sobre una base material que está definida por las
relaciones sociales en la producción. Es decir se educa y forma a los
jóvenes
sujetos de la propuesta económica que opera en la estructura política
del país.
El actual
proceso reformista y reestructurador del viejo estado manejado por la
burguesía
burocrática que ha utilizado el gobierno de Correa para suplir ese
requerimiento, apunta a fortalecer la tesis estatal de “industrializar”
la
economía a partir de la reprimización de ésta. Es decir, evolucionar la
semi feudalidad
y la condición de semi colonia del país bajo un régimen industrial que
se apoya
sobre estas dos caracterizaciones bases del país.
Se ha
elitizado la educación. Miles y miles de jóvenes son empujados a la
informalidad, otros a la marginalidad social y no pocos que caen bajo el
régimen represivo de un gobierno que a militarizado la sociedad bajo
preceptos
fascistas donde el revisionismo tiene una responsabilidad histórica que
en el
tiempo tendrá que confrontar ante el proletariado y pueblos del Ecuador,
que
contrario a lo que proclama Corre, ni olvida ni perdona…
18 mil
jóvenes por 50 puestos de trabajo en el Cuerpo de Bomberos. No porque
precisamente esa sea una “noble institución”, sino porque no hay
alternativas
laborales.
Paralela a
estas noticias, una nota de prensa da cuenta de la “captura” de ocho
militares
que ejecutaron a 3 jóvenes sin motivo apàrente en la ciudad de
Guayaquil. Un
escenario con los mismos actores y el mismo director que se repite
cotidianamente en el país. Es decir, el régimen manda a los jóvenes a la
desocupación y los aparatos represivos los matan y en el mejor de los
casos los
encarcelan con banales argumentos.
El viejo
estado se hunde, está podrido, sus entrañas emanan un fétido olor a
corrupción.
Donde se pone el dedo salpica una pus pestilente. Precisamente en estos
días el
Gobernador de Guayas fue destituido conjuntamente con sus funcionarios
de las
Comisarías por actos de corrupción. Sindicalistas, revisionistas,
oportunistas,
electoreros, burgueses y terratenientes. Juntos por la revolución
ciudadana que
fortalece la posición burgués-terrateniente en contra de las masas
oprimidas, explotadas
y reprimidas.
Hay que
ayudarle a fenecer al viejo estado. No cabe duda, cada vez más la
necesidad de
destruirlo se precipita.
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