En esta nueva alza de la lucha de clases, estamos frente a una nueva ola de jóvenes populares que han perdido el miedo. Muchachos que al levantar una barricada no arrancan cuando llegan los pacos, sino que los esperan para enfrentarlos. Son jóvenes populares no caen en los chantajes de los 80 y 90 de quienes decían: “no protesten que vendrán los milicos”, “si protestan le hacen el juego a la derecha”, etc.
El viejo Estado ya se ha dado cuenta que los jóvenes no dejarán de luchar. Entonces ha pasado a reforzar las medidas abiertamente represivas con planes para desviar el objetivo político de la lucha, quieren desviar el camino hacia movilizaciones que no pongan en peligro las relaciones de propiedad. Dentro de este plan, desde el viejo Estado se vienen orquestando movilizaciones a favor del cultivo y consumo de marihuana, queriendo presentarla como una demanda democrática y popular.
El falso Partido "Comunista" y sus organismo juvenil se suma a este plan contrarevolucionario de presentar el "autocuiltivo" como si fuera demanda democrática
En lo inmediato el imperialismo busca desviar la protesta, que los jóvenes dejen de luchar por la educación y que luchen por la “libertad” (de volarse); que, por ejemplo, la solidaridad con la lucha del campesinado pobre mapuche se desvíe a solidarizar con el hermano de Sergio Lagos y los demás “jóvenes exitosos” de “programas juveniles”, que de tiempo en tiempo, desfilan por tribunales condenados por microtráfico.
El imperialismo busca arrastrar a nuestra juventud a falsas contradicciones, que en lugar de oponer la revolución a la contrarrevolución, opongan “la marihuana a la pasta base”; las drogas “naturales” a las “químicas”; las drogas “blandas” a las drogas “duras”; el “autocultivo” al “tráfico”.
El plan del imperialismo es arrancar a los jóvenes de las protestas para encerrarlos en la drogadicción y el alcoholismo
En el mediano plazo imperialismo quiere atrapar a más jóvenes, arrancarlos de las protestas y volverlos mercenarios, sicarios, sapos, reclutar lumpen al cual acudir para reprimir al propio pueblo. Seamos científicos, veamos la historia:
En El Salvador, el viejo estado, en acuerdo con los dirigentes oportunistas, puso fin a la guerrilla de FMLN y arrojó a los guerrilleros y a la juventud popular en general a las filas de las maras, organizaciones criminales que atentan contra el pueblo y se enfrentan entre sí.
El imperialismo y el oportunismo firmaron la "paz". los jóvenes fueron desmovilizados para ir a parar a las maras.
En los 80 y 90 el imperialismo yanqui, mediante los gobiernos de la Concertación, introdujo pasta base, marihuana y cocaína, a destajo, en las poblaciones de Chile. Creció la demanda y la adicción de la cocaína pero el precio no subió ¿por qué? Por que el objetivo fundamental del tráfico no fue económico, el objetivo fundamental fue político. Es decir, el imperialismo impulsó el negocio de la droga con el objetivo final de golpear a la juventud. Lo lograron con las organizaciones que desarrollaban acciones armadas. Varios miembros del FPMR, el MIR y el Lautaro se transformaron en guardaespaldas de narcos, utilizaron el aprendizaje militar subversivo para custodiar las transacciones, hacer “mexicanas” (asaltos a otros narcos), etc. Ahora, el viejo Estado quiere hacer lo mismo con los jóvenes que luchan.
Gustavo Fuentes Aliaga (el grillo). Este lumpen microtraficante fue utilizado como chancho el montaje “caso bombas”. Hinzpeter y el fiscal Peña lo usaron para que declarara contra un grupo de anarquistas, a quienes culpaba de haber actos "terroristas" que finalmente no fueron comprobados. Uno de los acusados por el grillo fue su pareja, una muchacha a quien, anteriormente, había apuñalado en una casa okupa.
Burgueses y terratenientes se coluden para impulsar los planes imperialistas
La OEA (organismo imperialista yanqui) viene impulsando la despenalización de la marihuana y su “autocultivo”, apuntando a una masificación aún mayor de su consumo entre las masas pobres del mundo. En esta línea, el 20 mayo del presente año, Guido Girardi (senador) y Enrique Accorssi (diputado), respaldaron la iniciativa de la OEA por un “consumo personal”.
El viejo Estado ya se ha dado cuenta que los jóvenes no dejarán de luchar. Entonces ha pasado a reforzar las medidas abiertamente represivas con planes para desviar el objetivo político de la lucha, quieren desviar el camino hacia movilizaciones que no pongan en peligro las relaciones de propiedad. Dentro de este plan, desde el viejo Estado se vienen orquestando movilizaciones a favor del cultivo y consumo de marihuana, queriendo presentarla como una demanda democrática y popular.
En lo inmediato el imperialismo busca desviar la protesta, que los jóvenes dejen de luchar por la educación y que luchen por la “libertad” (de volarse); que, por ejemplo, la solidaridad con la lucha del campesinado pobre mapuche se desvíe a solidarizar con el hermano de Sergio Lagos y los demás “jóvenes exitosos” de “programas juveniles”, que de tiempo en tiempo, desfilan por tribunales condenados por microtráfico.
El imperialismo busca arrastrar a nuestra juventud a falsas contradicciones, que en lugar de oponer la revolución a la contrarrevolución, opongan “la marihuana a la pasta base”; las drogas “naturales” a las “químicas”; las drogas “blandas” a las drogas “duras”; el “autocultivo” al “tráfico”.
En el mediano plazo imperialismo quiere atrapar a más jóvenes, arrancarlos de las protestas y volverlos mercenarios, sicarios, sapos, reclutar lumpen al cual acudir para reprimir al propio pueblo. Seamos científicos, veamos la historia:
En El Salvador, el viejo estado, en acuerdo con los dirigentes oportunistas, puso fin a la guerrilla de FMLN y arrojó a los guerrilleros y a la juventud popular en general a las filas de las maras, organizaciones criminales que atentan contra el pueblo y se enfrentan entre sí.
En los 80 y 90 el imperialismo yanqui, mediante los gobiernos de la Concertación, introdujo pasta base, marihuana y cocaína, a destajo, en las poblaciones de Chile. Creció la demanda y la adicción de la cocaína pero el precio no subió ¿por qué? Por que el objetivo fundamental del tráfico no fue económico, el objetivo fundamental fue político. Es decir, el imperialismo impulsó el negocio de la droga con el objetivo final de golpear a la juventud. Lo lograron con las organizaciones que desarrollaban acciones armadas. Varios miembros del FPMR, el MIR y el Lautaro se transformaron en guardaespaldas de narcos, utilizaron el aprendizaje militar subversivo para custodiar las transacciones, hacer “mexicanas” (asaltos a otros narcos), etc. Ahora, el viejo Estado quiere hacer lo mismo con los jóvenes que luchan.
Gustavo Fuentes Aliaga (el grillo). Este lumpen microtraficante fue utilizado como chancho el montaje “caso bombas”. Hinzpeter y el fiscal Peña lo usaron para que declarara contra un grupo de anarquistas, a quienes culpaba de haber actos "terroristas" que finalmente no fueron comprobados. Uno de los acusados por el grillo fue su pareja, una muchacha a quien, anteriormente, había apuñalado en una casa okupa.
Burgueses y terratenientes se coluden para impulsar los planes imperialistas
La OEA (organismo imperialista yanqui) viene impulsando la despenalización de la marihuana y su “autocultivo”, apuntando a una masificación aún mayor de su consumo entre las masas pobres del mundo. En esta línea, el 20 mayo del presente año, Guido Girardi (senador) y Enrique Accorssi (diputado), respaldaron la iniciativa de la OEA por un “consumo personal”.
El 08 de agosto, Evelyn Matthei también se alineó con su amo yanqui al sostener: que la marihuana no debiera estar en lista uno [de las drogas duras]. No sé cómo llegó a lista uno. “Nosotros tenemos que definir efectivamente qué es porte y consumo propio…”.
Matthei divide las drogas en “duras” y “blandas”. Dicha distinción no tiene un criterio científico. Las drogas deben calificarse según su finalidad, sus efectos y el contexto social.
El problema de las drogas y el alcohol es un problema de la lucha de clases
En muchas de las familias populares, las drogas y el alcohol no son una “distracción” ni una forma de “socializar”, sino que son un calvario, son la cruz que deben llevar familias enteras al ver como sus seres queridos se pierden en la adicción, con todo lo que esto acarrea: desesperación al no tener dinero, falta de una rehabilitación real, peleas y robos al interior de la casa, prostitución, maltratos, cárcel, etc.
El problema de la droga y el alcohol, es un problema propio del capitalismo burocrático que el imperialismo, principalmente yanqui, impulsa en Chile. El problema de la droga y el alcohol es un problema de clases, por lo tanto corresponde tomar posición de clase.
Si queremos barrer con la opresión debemos luchar contra el consumo de alcohol y drogas al interior del pueblo. Por dos razones: 1) porque mediante el consumo de alcohol y drogas el imperialismo aumenta la opresión y trae más problemas a la ya aproblemada vida de los pobres y 2) porque el consumo de alcohol y drogas nos enajena de la realidad. Pero nosotros, los pobres de Chile y el mundo no necesitamos ilusionarnos con “escapar” de la realidad ¡necesitamos cambiar la realidad! Y para transformar el mundo no podemos andar volados ni curados. Eso de “yo sé lo que tomo”, “no soy drogadicto, fumo cuando quiero” son patrañas individualistas que levantan los reaccionarios, los oportunistas y los revisionistas, para hacernos creer que consumir “moderadamente” es inofensivo.
Combatir los planes de drogadicción que impulsa el imperialismo
Frente a la pregunta ¿nos sirve que los pobres consuman drogas y alcohol? El pueblo Responde con un No rotundo, incluso los mismos consumidores piden a gritos salir de la adicción. Buscan respuesta, un sentido a sus vidas, buscan la respuesta que sólo la revolución les entrega.
Veamos a los niños populares como sufren cuando ven que sus padres se emborrachan o se drogan, sufren por las burlas, sufren porque desde niños saben que la plata escasea y sufren por la impotencia de no poder sacar a sus padres de esta tragedia.
A nosotros, a los sectores democráticos y revolucionarios, nos corresponde cuidar a nuestros jóvenes y niños como a nuestros propios hijos, porque eso es lo que son. Debemos cuidarlos, estar junto a ellos, estando a su servicio, al servicio de su lucha, que para avanzar, necesariamente, tendrá que militarizarse.
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