LA LUCHA DE DOS LÍNEAS EN LOS CAMPOS CHINOS
Ediciones en Lenguas Extrajeras, Pekín, 1968.
En el mismo momento en que la economía nacional china padecía dificultades temporales, en razón del sabotaje de la camarilla renegada krutcheviana y de las calamidades naturales que hicieron estragos durante tres años seguidos mientras el imperialismo, el revisionismo moderno y la reacción de todo el mundo entonaban un canto antichino, el puñado de más altos responsables del Partido comprometidos en la vía capitalista, con el Krutchev chino a su cabeza, imaginando que ya era hora de hacer «cambiar la naturaleza» de China, ordenaron a sus subalternos grandes y pequeños que lanzaran un violento ataque general contra el socialismo en los frentes político, económico, ideológico y cultural.
El más alto responsable del Partido comprometido en la vía capitalista, atacó ferozmente a la comuna popular en estos términos: «Estos últimos años, los campesinos no han obtenido ningún beneficio de la economía colectiva». En nuestros campos, debido a su instigación, se desencadenó la corriente nefasta del zanzi-yi-bao (la extensión de las parcelas individuales y los mercados libres, la multiplicación de las pequeñas empresas que asumen la total responsabilidad de sus beneficios y sus pérdidas, la fijación de las normas de producción sobre la base de la familia). Era un hermoso número de su tentativa por disgregar la comuna popular y restaurar el capitalismo.
Vociferó públicamente: «No temamos la marejada del capitalismo», «hay que mantener el mercado libre», «hay que operar una regresión suficiente de la industria y la agricultura, y al mismo tiempo extender la fijación de las normas de producción sobre la base de la familia y de la explotación individual». Sobre este punto, otro de los más altos responsables antes citados habla mucho más directamente. Dice: «Mientras podamos aumentar la producción se puede recurrir incluso a la explotación individual; no importa si un gato es blanco o negro, si caza ratones es un buen gato».
Luchar «contra el egoísmo y la refutación del revisionismo como principio rector y llevar hasta el final la lucha entre las dos vías en el campo. Siguiendo de cerca a su gran piloto, el presidente Mao, los 500 millones de campesinos chinos recorrieron durante dieciocho años, en el camino del socialismo, un glorioso combate, evitando los escollos peligrosos y luchando contra vientos y corrientes nefastos.
La historia de estos dieciocho años de pugna entre ambas vías y las dos líneas en los campos nos aportó experiencias extremadamente ricas. Las más importantes son las siguientes:
En primer lugar, la «sociedad socialista se extiende por un período histórico muy largo, durante el cual las clases, las contradicciones entre ellas y su lucha, continúan existiendo, al igual que la lucha entre la vía del Socialismo y la vía del capitalismo y el peligro de la restauración de este último».
En segundo lugar, el problema fundamental de la revolución es el problema del poder. En el campo, la lucha entre las dos vías y entre las dos líneas es, en última instancia, una lucha para consolidar la dictadura del proletariado o para derrocarla.
Texto completo:
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